La ridícula despedida de la monja Otilia ¿a quién pretenden engañar?. Las Religiosas del Sagrado Corazón que maltratan la Extremadura vaciada

El pasado viernes 16 de junio tuvo lugar en la iglesia parroquial de Montehermoso un triste espectáculo. Había triple convocatoria, la solemnidad del Sagrado Corazón, la renovación de votos de las religiosas y la despedida de la monja Otilia que se va destinada a una casa de monjas ancianas en Granada. La Manu, la cabecilla de las monjas del lugar hizo una auténtica campaña para que asistieran los más posibles. Se mandaron correos electrónicos, WhatsApps... se invitó a todos los sacerdotes del Arciprestazgo, grupos arciprestales, grupos parroquiales y fieles de Montehermoso, el Bronco, Morcillo, Valrío y otras parroquias por las que pasaron. 


Con ese despliegue uno pensará que la iglesia estaba llena, que no había un banco libre y que toda la comarca acudió en masa; pero lo cierto es que pasó todo lo contrario. Había menos gente que un lunes de invierno, no acudió ningún sacerdote del Arciprestazgo, de Montehermoso y el Bronco prácticamente nadie quiso saber nada de las monjas, y de Morcillo y Valrío las poquísimas mujeres que acudieron q(ue ni a vente llegaron) lo hicieron por miedo a las represalias de Manu y la Teresa que cuando no te dan una voz te lanzan hasta la silla a la cabeza. Hasta el regalo fue cosa de ellas mismas con la única diferencia que para disimular pidieron a la alcaldesa de Morcillo que se lo diera ella, aunque hasta el momento exacto lo eligió la Manu dando la orden. 


No es fácil desobedecer a estas mujeres, los feligreses de los pueblos por los que han pasado lo sabemos bien, que no bailarles el agua se paga muy caro. Desde negarte la ayuda de Caritas, a cobrarte el doble por las flores, o ponerte mil problemas para algo tan sencillo como la primera comunión de tu niña. Esta celebración con el cura de Cáceres que han traído y antaño cura de Montehermoso ¡se lució con sus palabras!, fue un intento torpe por tratar de lavar la imagen de estas mujeres que poco arreglo tiene ya. No sé cómo en el obispado de Coria Cáceres no se les cae la cara de vergüenza ante el sufrimiento que estas monjas están causado en las parroquias. Ojalá no hubiera sido la despedida de Otilia, sino de las tres, esa si hubiera sido una gran celebración digna de ser recordada. 


No sé cómo a estas mujeres que se dicen monjas pero visten como toda hija de vecina, que hablan de los pobres pero les gusta el dinero; y que se supone que rezan pero lo único que hacen es criticar al que no vota al PSOE se paran a reflexionar sobre el mal testimonio que dan. Quizás no se han dado cuenta todavía que están en el camino equivocado, parece que no va con ellas eso de convertirse, a pesar de estar por edad en vísperas de rendir cuentas a San Pedro. Y nos dice el vicario episcopal nuestro amigo Ángel Martín Chapinal que son ¿regalo y tierra sagrada ? Estas más bien ¡tierra quemada! a sal y azufre. ¿Qué ha hecho Otilia y sus hermanas religiosas estos años en nuestros pueblos?

1. Crear división con sus críticas y su visión política de la fe

2. Maltratarnos a los fieles prohibiéndonos nuestras tradiciones, procesiones, ofrendas...

3. Hablar mal de los sacerdotes que no compartían su punto de vista

4. Reñirnos a las personas que rezábamos el rosario

5. Repartir los alimentos de Caritas entre sus amigas

6. Utilizar los grupos y coros de las parroquias para captar votos para el partido socialista

7. Tratar de convencernos de que la celebración de ellas era más valiosa que la misa de los curas

8. Promover la política de la igualdad de la mujer y demás propaganda

9. Cobrarnos por todo a los fieles, hasta por sus cantos en las celebraciones

10. No sé cómo se pueden llamar religiosas del Sagrado Corazón, pues ni van a misa de lunes a viernes, nunca rezan, jamás han mostrado cariño a la imagen del corazón de Jesús al que ellas mismas llaman "el monstruo", no tienen ternura ni con mayores ni pequeños... 

La verdad es que la estela que dejan es poco ejemplar, ni buenas monjas, ni buenas cristianas, ni buenas personas. Ha dañado a muchas familias, actúan como auténticas dictadoras aunque con ese barniz de comunistas modernitas que huele a Che Guevara. Les encanta recordar a la gente que ellas mandan, que ellas son las párrocas, que el obispo come de su mano, que les da igual pasar por encima de todo un pueblo y castigarle sin fiesta, romería o el acto que sea. Jamás entenderé como el demonio es capaz de hacer tanto daño utilizando a personas de las que uno se esperaría que fueran buenas por naturaleza, que favorecieran la paz y en lugar de ello estas parece que cuanto más malas son y más heridos dejan a los pueblos más disfrutan. 


Ningún sacerdote les vale, todos los que han pasado junto a ellas han salido corriendo y les han amargado la existencia. A los actuales los ponen a parir a todos, del sacerdote indio del Bronco hacen comentarios faltos de caridad, del sacerdote de Guijo de Galisteo como viste de negro sólo sueltan contra él sapos y culebras aunque del sacerdote de Montehermoso que viste de paisano también lo ponen a parir pues no les deja llevar Cáritas parroquial como a ellas les gustaría. Un día que el pobre José Manuel se retrasó cinco minutos por tener un funeral en otro pueblo la Manu salió al altar a pnerlo verde por el micrófono diciéndonos a la gente que la culpa era nuestra por reírle las gracias y no ponerle en su sitio insinuando que lo que había que hacer era denunciar esa impuntualidad en el obispado para echarle. No si el ejemplo de estas religiosas aquí no lo olvidaremos en años y no precisamente para bien. 


El que tuvo la feliz idea de traer monjas a la Extremadura vaciada ante la falta de curas mejor no haber tenido tal ocurrencia. Realmente esto ha sido como dar una pistola a un niño. Conclusión: unas parroquias divididas y destruidas que ningún sacerdote quiere, unas monjas que cada día hacen más daño y un obispado que mira hacia otro lado esperando que ellas se cansen de fastidiar al prójimo, se mueran o se las lleven. El amigo vicario Chapinal las puso por santas el otro día, afirmando que que era un lujo tenerlas y demás exabruptos que soltó. La duda es si le pagaron por decirlo, lo hizo por miedo o indicaciones del obispado. Pero si realmente cree lo que dijo en la predicación, haga la siguiente prueba, véngase un mes a estos pueblos y pregunte casa por casa la experiencia que tenemos de ellas y comparte impresiones. A ver si se le cae la venda de los ojos, o quizás sea capaz de decir cuando le meen encima que está lloviendo.


Esta situación lleva muchos años igual, una herida que no para de sangrar y ante la cual el obispado pasa olímpicamente ignorando a las víctimas que somos los feligreses y los sacerdotes. Pero aquí parece que las buenas son las que hacen el mal. Los vecinos de los pueblos donde ellas están estamos cansados de ir a Cáceres pidiendo ser escuchados, unas veces parece que nos entienden otras parece que están de parte de ellas y luego ya lo más gracioso es cuando culpan a alguno de los sacerdotes de estar detrás de nuestras quejas. Que no señores del Obispado de Coria - Cáceres, pueden cambiar a todos los sacerdotes de la comarca y el problema seguirá existiendo, y seguiremos quejándonos y pidiendo justicia. Aquí el problema son las monjas y no los curas, ellas se ríen de nosotros y nos dicen a la cara que da igual que vayamos al Obispado mil veces que a ellas desde Cáceres tienen apoyo pues comparten su forma de llevar los pueblos. Mientras desde el Obispado no les llamen la atención, no les digan que están haciendo mal, mientras sigan riéndoles las gracias la herida sigue sangrando. ¿Pueden volver esta mujeres al buen camino?. Decía una santa monja, que vivía como monja y hacía el bien como Santa Sofía Barat que ''Nada es imposible para un corazón en el que reside la buena voluntad''.

Comentarios

Entradas populares de este blog

20 de Julio: Día de Fiesta, las Monjas se van de Morcillo, Valrío, El Bronco ¿Y Montehermoso?